Linás de Broto
Se halla sobre la ladera de un montículo denominado La Serreta y, por tanto, sus calles, en declive, presentan plazuelas o rincones de singular tipismo, entre los que destaca el que, junto a la carretera, preside la Iglesia de San Miguel, recientemente restaurada y esbelta torre, cuya interesante traza arquitectónica de puro sabor románico rima con las vivienda, que en general, conservan características tradicionales de las casas de los altos valles del Pirineo.
La población se encuentra enclavada en la ladera de “A
Serreta” a una altitud de 1.232 metros sobre el nivel del mar, y en invierno
cuenta con una población de unos 60 habitantes, que se multiplica en verano
gracias al turismo.
Los primeros datos de la población datan del siglo XIII,
cuando aún se le conocía simplemente por Linás, adquiriendo el “de Broto” a
partir de 1797 para distinguirlo de la población de Linás de Marcuello.
Su monumento más emblemático es la iglesia de San Miguel, de
antecedentes medievales pero muy reconstruida en el siglo XVI. Del conjunto
destaca la torre, declarada bien de interés cultural. El resto de la
construcción se limita a una amplia nave y un ábside de cabecera recta, donde
se cimienta la anteriormente mencionada torre, que cuenta con matacanes y
Aspilleras de carácter defensivo.
Posee dos ermitas, dedicadas a San Benito y Santa Eugenia,
ambas de construcción popular y limitadas a sendas salas rectangulares.
Su fiesta mayor se celebra el 29 de septiembre en honor a
San Miguel.